De nada sirve llamar, de nada sirve buscarte, de nada sirve escribirte si la cara oscura de la luna dibuja una grotesca sonrisa a mi desazón, a mi locura, a mi ceguera, a la necedad inverosímil de creer ser mejor que el otro; de creer que uno siempre puede solo, del individualismo mismo orillado por el caos que se confunde con la cobardía que creemos es orgullo y a su vez pensamos que este es poder y así con esta abstracción inextricable de mi pensamiento, solo me queda decir que te extraño.
Por extraño que parezca, hoy tengo esa necesidad de explicármelo, de entender por que cuando se anda perdido, cuando uno anda sin perdón, sin entendimiento por la vida, se cansa mas de la cuenta, hiere más de la cuenta, mata más de la cuenta y sin previo aviso se vuelve uno ignorante, ignoto e ingenuo por que sigue creyendo que haga lo que haga no afecta a nadie, ¿Qué más da, si perdido está?
Esta mañana, recuerdo, pienso… siento. Resiento los errores, veo los recuerdos de tus sabores en futuros fragmentados por la locura, en capítulos sin final. Me veo entre el horror de lo inevitable y la esperanza de permanecer, sumergiéndome en la complicidad del dolor, delirando volver a empezar, o tan solo quizás regresar a un día atrás o a una página menos.
¿Como saber si estoy hablando o estoy pensando esta trama apocalíptica? Lamento que en un abrir y cerrar de ojos todo fuera blanco y que no hay mas allá que se defina como tragedia, ni como desgracia, solo como suceso, tal vez solo tenía que pasar, aunque los protagonistas se resistieran, aunque el narrador se molestara, aunque el lector se condenara.
Por que allí, en la larga historia de nuestro pandemonium y como protagonistas nos perdimos entre adjetivos y verbos, entre el miedo y la renuncia, entre la esperanza y el alivio, entre el perdón y el olvido, andando una vez más en la resignación de un final no muy acertado y aturdidos en la brutalidad de una sórdida pesadilla que se traduce a tu falsa estadía.
by Mitchka
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